Un blog que disfruto entre carnavales de pensamientos sentado a la orilla de un río de historias revueltas llamado mundo, agitando venturoso la pluma de pescar que llevo dentro, para hilvanar, mágicamente y con decoro, las palabras extraviadas que van a la deriva.

NO OLVIDES TU OPINIÓN

lunes, 13 de marzo de 2017

Primera publicación de microrrelatos

Siempre hay algo que tejer con las palabras
¿Sabes lo que es un microrrelato? Sigue el enlace.
En la obra: "Puntadas de vida", te invito a leer cada día o cada vez, un relato diferente de mi autoría para que lo colecciones.  Un ejercicio literario que iré construyendo hasta completar los 200 microrrelatos definidos como meta en la portada del libro.


Al igual que la variedad de puntadas que existen en el tejido o el bordado, la obra irá tejida con la variedad de invenciones que posibilita este género de microcuentos de ficción, donde se incorpore: el suspenso, el terror, el misterio, el drama, etcétera. 

Imagina que, "Puntadas de vida", es un taller literario divertido, que nos dará elementos para visionar con el cosido hebra a hebra de una pequeña costura de palabras, nuevas historias con sus personajes, promotores de grandes narraciones; esto es, costuras más complejas.  


"Acá radica el secreto de su poder"

No dejes de leerlos, y menos, de coleccionarlos, hasta que obtengas el libro. 

Lee algunos de ellos...
Acoso
Traté de detenerla, pero su locura era inmarcesible. Se despojó de todas las prendas, el calzado y hasta la vergüenza. Intentó arrancarse las palabras desprendiendo su lengua con furia; luego, se despojó de la belleza, de la memoria, se arrancó la voluntad, y sacudiendo fuertemente su cuerpo, procuró desprenderse el alma, hasta lograrlo. Pero no fue suficiente. «No le hablo pero aún me escucha» dijo, «y yo soy la esquizofrénica». En medio de la conmoción se arrancó la muerte y luego el silencio. Y todavía no fue suficiente. Jamás halló la forma de arrancarse a Dios.
La muerte 
Cuando la muerte llegó, Helmont se había marchado ya sin vida. Era la décima vez que le ocurría. Estaba llegando tarde a su trabajo. Vociferó como con las otras nueve en vez de reflexionar la situación. Si alguien que tiene poder sobre su miserable vida que es muerte, se entera, es probable que pierda el empleo. Puso el reloj a despertar para no quedarse dormida y lo intentó de nuevo, pero la vergüenza de los errores cometidos le hizo perder el sentido una eternidad; cuando despertó, ya todos le habían perdido el respeto. En la ciudad no cabía un alma más, y en el cielo, estaban sumamente preocupados por la falta de rotación de la mercancía. Ya comenzaba a escasear.
Terrible sensación
No hay peor fatiga que recibir una palada de tierra imaginaria sobre la nada y sentir el cansancio atormentar tus músculos, dijo la muerte desparramando su sombra adolorida sobre la tumba. Fue ella misma quien se equivocó de muerto al tomarse de la mano y no sentir el pulso. 
La joroba
Cada quien carga su joroba en la espalda como símbolo de los días tormentosos. Mi esposa carga dos delante de su mirada, según le escuché; ha de ser porque he transformado en turbulenta su existencia por la intolerancia a la lactosa.  
Aquel último beso 
El cadáver de aquel último beso me atormentó por dentro que no he podido zafarlo de la boca. Fue lo que se me ocurrió pensar al verla dentro del sarcófago. ¿Qué tal que el pensamiento hubiera sido otro? Una sabia excusa para morir a cambio de vivir petrificado. 
Viajero
Al interior del metro que se desplaza sumiso por la ciudad, plácido observo detenidamente cada rostro, y escojo algunos al azar para aprender de la vida. El semblante serio del señor abultado expresa la tragedia del amor. El rostro seductor de una bella joven refleja la dulzura de los años mozos. El anciano sacerdote con rostro de inquisición oculta alguna culpa. La abuela con la prehistoria derramada en el cuerpo, enmudece preocupada por su futuro. Y acá estoy yo, que aún no me conozco.  La puerta se abre, llego a una parte de mi destino. ¿Dónde? 
Cuestión de análisis

Hay dos formas de ver la vida: con los propios ojos y con los ajenos, el problema radica cuando se cruzan las miradas. ¿Cómo hago para saber quién es quién? 
Pérdida de fe 
No esperé vivir para presenciar esto —dijo la anciana conmocionada—. Dichosa la muerte de mi primer esposo, incluso, dichosa la del segundo y el tercero. Esto es demasiado para soportar. ¿Quién lo creyera? Se santiguó interrumpiendo en la estación del espíritu santo sobre su hombro izquierdo­—. Debo estar loca —una sonrisa nerviosa fulguró en sus labios resquebrajados por la edad, que brotó mutilada—. ¿Ahora a quien le doy gracias si he visto a Dios santiguarse? ¿A quién invocaba? Jamás escuché decir que fuera narcisista. ¿Será que le imploraba clemencia al demonio en este mundo de aversiones?

1 comentario:

  1. Genial los microrrelatos. La creación del libro PUNTADAS suena interesante. Esta sería una forma estratégica de ganar seguidores a tu blog. Por ejemplo, ofrecerles el envío de cada microrrelato a su correo...

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